lunes, 5 de enero de 2015

Noche de Reyes

Si uno era un niño en la España de los 80, en la que todo era un poco más gris, los coches eran viejos, las casas pequeñas e incómodas, los parques polvorientos que nos pelaban las rodillas al caer mientras jugábamos al fútbol con una pelota de tenis o un balón viejo y lleno de parches, las pistas deportivas brillaban por su ausencia, heredabas la ropa de tu hermano y estrenabas una vez al año y gracias, internet no era ni un concepto para la gente, lo que más ilusión te hacía era, la semana siguiente al año nuevo, la espera de los Reyes Magos, que traían sus sacos llenos de juguetes con los que satisfacer tus modestas ilusiones infantiles.

 

La Noche de Reyes, aquella España que se quitaba el tono marrón y gris de los 70, del tardo franquismo, del 23F, de las bombas de la ETA, del naranjito de los cojones y el puñetero “Verano Azul” que nos parecía el “Juego de Tronos” del momento, se tornaba en algo mágico, irreal. Ahora los niños pierden la inocencia muy rápido, lastimosamente rápido. Pero imagino que es el sino de los tiempos, la sobre exposición a la información, que no sabemos si es mala o, sencillamente, inevitable. Nuestros padres nos construían una fábula para mandarnos a dormir, a la espera de que sus mágicas majestades de Oriente, que tenían archivada nuestra carta ilegible (pero los Reyes son sabios, y nada se escapa a su capacidad para desentrañar cualquier código por enrevesado que parezca) nos dejaban o todo o parte de lo pedido.

Si era todo, las menos de las veces, reventábamos de felicidad, y si era parte, les perdonábamos, porque tanto les queríamos que hasta eso pasábamos por alto.

 

Eran noches mágicas, y amaneceres de griterío infantil y padres satisfechos. Eso nunca se olvida.

 

Sólo espero que, si esta noche no os traen nada, poco o parte de lo que deseáis, les sepáis perdonar, porque son muchos niños, y muy poco tiempo para satisfacer todos sus caprichos.

Y son tantos.

 

Feliz Noche de Reyes.

viernes, 2 de enero de 2015

¡Aparta de mí ese impío pensamiento!

Imagina, por un instante, que vives a tus treinta y pico años en casa de tus padres, sin oficio ni beneficio. Te encierras en tu cuarto con tus risketos, tu laptop que te compró tu mamá para que te hicieras un hombre hace cinco años, y la conexión wi-fi del ADSL que paga tu papá con la pensión que, de mala manera, le llega para sacarte a él, a tu madre, y a tu oronda e improductiva masa corporal adelante.
En esta posición de superioridad moral, mientras ves tus series en “streaming” en la web pirata de turno,  quejándote en twitter del canon digital y, tras estrenarse el último capítulo de “The Walking dead” emitido 14 horas antes en los EE.UU. sentencias: “es una mierda, no sé cómo no les da vergüenza. Es lamentable lo mal que lo hacen”. Claro, estas sabias palabras, procedentes de una persona que tanto aporta al conjunto de la sociedad, deben ser escuchadas, tienen que ser un trending topic. ¡¡La justicia llama a las puertas de la ignominia!! 
 
No quiero que pienses que no debes expresar tu opinión. ¡Ilúvatar aparte de mí este impío pensamiento! Pero sí que seas consciente de que las cosas no siempre salen como uno desea. No creo que haya un solo actor, director, productor o guionista de cine o televisión que quiera que su producto sea aburrido. No se trata de disculpar la mediocridad, que la hay. Pero sí de ser consciente de que el creador, es un trabajador, que depende de varios factores ajenos a su voluntad. Sólo fíjate en lo que cuesta sacar un proyecto adelante como “Apocalypse now!” de Francis Coppola (existen varios documentales y libros dedicados a explicar el infernal proceso de creación de esta película) o los problemas que casi siempre acuciaron a Orson Welles por no plegarse a los deseos de los próceres de la industria. En aquellos tiempos no había “Crowd-funding”
 
La esencia de esta primera entrada en este nuevo blog, es trasladar que, en muchas ocasiones, somos bastante inmisericordes con nuestras opiniones. Desdeñamos, en mi opinión y por lo rápido y cómodo que accedemos a los productos de entretenimiento, qué esfuerzo supone hacerlos. En ocasiones el productor no ha logrado rascar lo suficiente para que la postproducción sea más brillante, o no ha podido renegociar la fecha de estreno con la distribuidora, y se entrega una versión a medio terminar o mal acabada. Quizá todavía no se ha granjeado un nombre en la industria y debe aceptar las condiciones que le vienen impuestas, a la espera de una mejor oportunidad, en base a sus éxitos en condiciones tan lamentables. A veces, es cierto, falta inspiración y talento.
 
Por último, en los tiempos en los que por menos de 15 euros al mes, podemos acceder a Movistar TV o Movistar Series, o Wuaki o Canal Plus y tener contenidos bastante aceptables por los métodos legales, no es de recibo insistir en el pirateo de contenidos. Al menos, en descargar el 100% de lo que consumes sin pagar nada más que el servicio de ADSL (que sí, que es muy caro). En España tenemos que aceptar que ciertos hábitos de consumo no nos benefician, precisamente.
 
De todas maneras, estimado amigo que lloraste la muerte de Series Pepito, coincido contigo: “The walking dead” es una mierda, un producto hinchado hasta la náusea, es gaseosa con una guindilla en el fondo del vaso que sólo provoca que tengas sed para el vaso de la siguiente temporada. Es mi opinión, pero al menos yo pago para juzgarlo.
 
Bienvenidos a Disculpas Baratas.